Bogotá tiene que ser una ciudad de Dios
Fue una de las expresiones del arzobispo de Bogotá Monseñor Luis José Rueda, este fin de semana, reconociendo los momentos de muerte, violencia, agresividad, vandalismo y pecado contra la vida, que se vivieron en días pasados, especialmente en la capital del país.
En una eucaristía y vigilia, realizada el sábado anterior, y transmitida por el canal Cristovisión a partir de las 7 de la noche, inició esta jornada de oración, pidiendo que cada hogar, cada familia, abriera el corazón y las puertas, a Dios. Porque Bogotá debe ser una ciudad de Dios, y debe primar una cultura de compasión, de clemencia, bondad y de perdón. Debemos construir una ciudad en paz, de esperanza, de oportunidades de trabajo, de progreso, de estudio, de oportunidades.
“Debemos pedirle perdón al Señor por esta semana y noches trágicas que se vivieron en Bogotá; de destrucción, de ira represada, resentimiento acumulado. Porque no somos dueños de la vida de nadie. Estamos llamados a ser hermanos, amigos, no destructores de la vida”. Afirmó el arzobispo.
Poner el tapabocas para no ser misioneros del odio
Necesitamos una pedagogía del perdón. Liberarnos del rencor y de la ira acumulada, pedirle a Dios que limpie los corazones. Es necesario ponernos el tapabocas para no decir palabras destructivas, calumniosas que incendian el odio y el rencor. Necesitamos servidores de la vida y del perdón, una medicina para el alma, y esa medicina la entrega Nuestro Señor, a través de la Palabra, de los sacramentos, de la oración.
Debemos olvidar estos días y noches trágicas, perdonar y pedir perdón, crear una civilización del amor, de la reconciliación. Necesitamos hombres y mujeres portadores de la misericordia, de la compasión.
Vigilia de oración por Bogotá
Esta vigilia sirvió para meditar, reflexionar, orar, y dejar que Cristo se ponga en camino para que entre a nuestras casas, hogares, pero especialmente llegue a nuestros corazones y conciencia.
Se pidió y oró por la ciudad, por unas semanas, años y vida venidera, llena de paz. “Se están abriendo los distintos lugares de trabajo, pedimos también que se abran nuestros corazones a una pedagogía donde podamos dialogar, nunca la guerra, no justifica que destruyamos la ciudad, que quitemos la paz a niños y jóvenes”. Recalcó, monseñor Rueda.
A continuación frases destacadas en esta noche de vigilia, por parte del arzobispo de Bogotá y Primado de Colombia, monseñor Luis José Rueda Aparicio, para tenerlas en cuenta y meditarlas en nuestras vidas:
- Nuestra casa debe ser templo de misericordia, abra las puertas a Dios, que entre en su historia, en su pasado y su presente.
- Bogotá tiene que ser una ciudad de Dios. Donde entre la cultura de la misericordia, de la compasión, de la clemencia y de la bondad.
- Pongámonos el tapabocas para no decir palabras destructivas y calumniosas que incendian el odio y el rencor.
- Necesitamos que el Señor limpie el corazón de la ira, del rencor del resentimiento.
- La venganza no puede ser una actitud en nuestra vida, no la podemos alimentar.
- Necesitamos una pedagogía del perdón.
- No necesitamos misioneros del odio. Necesitamos servidores de la vida y el perdón.
- Necesitamos una medicina para el alma y esa la entrega Jesucristo.
- Necesitamos mujeres y hombres portadores de misericordia, compasión y paz verdadera.
- Que Cristo entre a nuestro corazón, a nuestra conciencia.
- Queremos una prolongación de la paz. Se están abriendo sitios de trabajo, que se abra también nuestro corazón.
- La guerra no justifica que caminemos con ella.
- Piensa que eres pasajero, deja en este mundo un legado de paz.
- No nos cansaremos nunca de trabajar por la paz. Siempre con la esperanza puesta en el Espíritu Santo que guía el camino.
- Bogotá, ni Colombia puede ser un valle de huesos secos.
- Que la muerte nos llegue y nos sorprenda trabajando por la paz.
- Seamos instrumentos y artesanos de la paz y la reconciliación en nuestra familia, en Bogotá y en Colombia.
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