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Parroquia Nuestra Señora de la Paz, una historia de fe que continúa tejiéndose

6 de abril de 2024
Parroquia Nuestra Señora de la Paz, una historia de fe que continúa tejiéndose

Ubicada en la calle 29 sur #27-57 Barrio Santander, en la capital colombiana, la parroquia Nuestra Señora de la Paz, perteneciente a la VET Espíritu Santo, inicia su conformación a partir de la dinámica pastoral y evangelizadora gestada desde la tradicional parroquia de Las Cruces.

Erigida en agosto de 1948 y tras 76 años de historia, en los que las realidades sociales y pastorales de la zona han cambiado significativamente, la semilla de fe sembrada sigue procurando frutos en las nuevas generaciones, animadas por    las  familias tradicionales del sector y algunos adultos mayores, quienes dan cuenta del trabajo pastoral en el territorio. Así lo señala el padre Uriel Fernando Alonso Rivera, quien comienza a adentrase en su nueva comunidad parroquial, develando los frutos y desafíos que implica la misión pastoral encomendada.

 

“Es una comunidad de muchos años, donde hay mucho adulto mayor. Se nota que las familias han sido muy educadas en fe; hay un gran espíritu de fraternidad y cercanía con el párroco, que hace sentir que se puede hacer un trabajo muy bonito con la comunidad (…) Tiene uno la certeza de que no va a caminar solo”, aseguró el sacerdote.

 

Sobre la realidad actual de la zona y los desafíos pastorales de esta comunidad parroquial, conformada por cerca de 8000 familias inmersas en un sector que se ha convertido en comercial - industrial, principalmente destinado a la venta de artículos de motocicletas y repuestos, además de la venta de terrenos para la construcción de edificios, el padre Uriel precisó que “uno de los grandes retos es tratar de trabajar con una comunidad flotante, que es toda la parte de trabajadores (…) tratar de ver cómo recuperamos los sectores parroquiales, todo lo que es la parte residencial; y hacia ello estamos tendiendo”.

 

Además, es fundamental, indicó, fortalecer el equipo de servidores en la parroquia. Actualmente “se cuenta con un grupo de 25 personas que acaban de terminar su formación en la ESAE. También, el año pasado, con el apoyo del padre Raúl que era el párroco al que sucedo, se trabajó de la mano de la vicaría el grupo de parejas. Contamos con ministros de la comunión y un grupo reducido de catequistas (…) Desde aquí empezamos a buscar la manera de fortalecer y renovar el trabajo parroquial”.

 

Otro factor que representa un reto urgente de abordar, explicó el sacerdote, es el tema estructural del templo y la casa parroquial: Tenemos una dificultad grande con la humedad. Nuestra casa es muy antigua y la humedad ha hecho demasiados estragos. Hay que empezar a trabajar en esos puntos, y la realidad es que económicamente la parroquia a duras penas se sostiene”.

 

Frente a estas circunstancias la estrategia inicial ha sido “llamar y convocar para que primero que todo nos sintamos comunidad. El sentido de pertenencia, la identidad, creo que es lo primero en lo que tenemos que trabajar, y luego empezar a plantear actividades que nos permitan ir generando recursos y ahorros para las restauraciones y renovaciones necesarias”.

 

“Invito a toda la comunidad de estos barrios que conforman la parroquia Nuestra Señora de la Paz a acompañarme en este proceso que hacemos juntos. También agradezco a todos los hermanos que me han conocido de tantos espacios y están pendientes apoyando estas realidades (…) Todos somos Iglesia y podemos colaborarnos mutuamente en lo necesario para la consolidación de la comunidad parroquial” y la superación de las urgencias estructurales que afrontamos.

Conectando con la Comunidad

La parroquia ha implementado iniciativas como la distribución de boletines parroquiales impresos, con el objetivo de llegar directamente a los hogares y fomentar una mayor participación comunitaria. Estos esfuerzos se alinean con el Plan Pastoral de la Arquidiócesis de Bogotá y buscan revitalizar la vida espiritual y comunitaria.

 

“Esta es también una manera de empezar a hacer misión (…) Queremos decirle a la comunidad: Miren, estamos yendo hacia ustedes y esperamos que nos acojan y que podamos hacer un trabajo pastoral muy muy bello con todos”.

 

El párroco

 

El padre Uriel Fernando nació en Bogotá. Adelantó sus estudios de filosofía (1986-1988) y teología (1989-1992) en el Seminario Mayor de Bogotá. Fue ordenado presbítero el 26 de noviembre de 1994, por el señor cardenal Mario Revollo Bravo, para el servicio de esta Arquidiócesis. 

Es licenciado en teología y ciencias religiosas de la Universidad Santo Tomás (1994-1997). También estudió licenciatura en filosofía sistemática en la Pontificia Universidad Gregoriana (2011).

Servicios pastorales

Adscrito a Santa Catalina Labouré (1992), capellán en el Colegio Nuestra Señora de la Paz (1995), vicario parroquial en Apóstol San Mateo (1994), párroco en Nuestra Señora del Carmen – Guayabetal (1995), párroco en San Miguel (Choachí - 2003), arcipreste del Arciprestazgo No. 4.7 (2004), párroco en Santa María de Jerusalén (2011), capellán en el Colegio La Presentación Luna Park (2011), adscrito en San Tarsicio (2012), adscrito en el Santuario El Señor de Monserrate (2013), capellán en el Centro de Gestión de Mercados, Logística y Tecnologías de la Información – SENA (2014), capellán en el Colegio Nuestra Señora del Pilar-Sede Chapinero (2019), párroco en Santa Edith Stein (2020), arcipreste del Arciprestazgo 4.6 (2022). Actualmente, párroco en Nuestra Señora de la Paz.

A continuación, el padre Uriel Fernando Alonso Rivera amplía detalles de este caminar pastoral:

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Oficina Arquidiocesana de Comunicaciones
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